Se trata de Fidel Ángel Suárez Quispe (29), quien fue hallado culpable del delito de trata de personas agravado.
La Corte Superior de Justicia de Arequipa sentenció a 24 años de cárcel a un sujeto que captó a dos menores de edad con fines de explotación. Se trata de Fidel Ángel Suárez Quispe (29), alias “Soli”, quien fue hallado culpable del delito contra la libertad personal en la modalidad de trata de personas agravado.
Según la investigación, Suárez Quispe captó, acogió y recibió una de las víctimas en el inmueble donde vivía con la finalidad de prostituirla. La menor de edad también fue agredida y atacada con un cuchillo.
La víctima escapó de la vivienda del sentenciado, subió a un taxi y el conductor al percatarse de sus lesiones la llevó a la comisaría, fue internada nueves días en un hospital y luego trasladada a un albergue.
La otra agraviada, de 15 años de edad, fue captada a través de su amiga, quien le propuso llevarla a las minas de Secocha o Corire para que trabaje “fichando” y realizando “pases”, que consiste en tomar con los clientes y mantener relaciones sexuales a cambio de un pago. La menor relató que fue víctima de amenazas por parte del imputado.
En ambos casos, el sentenciado se aprovechó del desamparo familiar y la situación de vulnerabilidad en que se encontraban las víctimas, por su edad, ausencia del padre y problemas familiares reflejados en las fugas reiteradas de sus domicilios.
Además, el imputado deberá pagar una reparación civil a favor de las agraviadas.
La Corte Superior de Justicia de Arequipa sentenció a 24 años de cárcel a un sujeto que captó a dos menores de edad con fines de explotación. Se trata de Fidel Ángel Suárez Quispe (29), alias “Soli”, quien fue hallado culpable del delito contra la libertad personal en la modalidad de trata de personas agravado.
Según la investigación, Suárez Quispe captó, acogió y recibió una de las víctimas en el inmueble donde vivía con la finalidad de prostituirla. La menor de edad también fue agredida y atacada con un cuchillo.
La víctima escapó de la vivienda del sentenciado, subió a un taxi y el conductor al percatarse de sus lesiones la llevó a la comisaría, fue internada nueves días en un hospital y luego trasladada a un albergue.
La otra agraviada, de 15 años de edad, fue captada a través de su amiga, quien le propuso llevarla a las minas de Secocha o Corire para que trabaje “fichando” y realizando “pases”, que consiste en tomar con los clientes y mantener relaciones sexuales a cambio de un pago. La menor relató que fue víctima de amenazas por parte del imputado.
En ambos casos, el sentenciado se aprovechó del desamparo familiar y la situación de vulnerabilidad en que se encontraban las víctimas, por su edad, ausencia del padre y problemas familiares reflejados en las fugas reiteradas de sus domicilios.
Además, el imputado deberá pagar una reparación civil a favor de las agraviadas.
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