Es posible que lo escucharas cuando eras más pequeño: tragarse un chicle es de las cosas más peligrosas que podemos hacer porque permanece en el cuerpo 7 años. ¿Es eso cierto? ¿Cuál es el proceso que se produce en nuestro organismo cuando aparece esa masa elástica?
De eso va precisamente el último vídeo publicado por el Instituto de Anatomía Humana, donde Jonathan Bennion revela la verdad de la leyenda urbana e incluso cuánto llega a estirarse dentro de nuestro cuerpo.
Como explica Bennion en el vídeo, el chicle o goma de mascar no se atasca en el estómago, aunque no tiene nada que ver con el ácido que segrega el mismo y otras enzimas que normalmente descomponen los alimentos que ingerimos. De hecho, la goma de mascar es impermeable a todos ellos.
En realidad, simplemente sale de allí porque nuestros estómagos son expertos en mantener en movimiento el proceso de la digestión. El chicle también sobrevivirá al viaje a través de nuestros intestinos delgado y grueso, y los otros órganos que aportan jugos y bilis para descomponer los alimentos tampoco son rival para la sustancia pegajosa.
Y aún así, no debemos temer, ya que no es inusual. Como muchos alimentos que comemos de manera intencionada, el chicle no es digerible, y nuestros cuerpos no pueden procesarlo. Sin embargo, en algún punto del viaje por el interior de nuestro cuerpo, el chicle se abrirá camino a través de todo el tubo digestivo hasta finalmente terminar como parte de la materia fecal en un espacio de alrededor de dos o tres días.
Por cierto, y como recuerdan en el vídeo: tragarse un chicle de vez en cuando no pasa nada, el cuerpo puede arreglárselas. Sin embargo, demasiado chicle en nuestro intestino a la vez podría generar un problema mucho más serio.
De eso va precisamente el último vídeo publicado por el Instituto de Anatomía Humana, donde Jonathan Bennion revela la verdad de la leyenda urbana e incluso cuánto llega a estirarse dentro de nuestro cuerpo.
Como explica Bennion en el vídeo, el chicle o goma de mascar no se atasca en el estómago, aunque no tiene nada que ver con el ácido que segrega el mismo y otras enzimas que normalmente descomponen los alimentos que ingerimos. De hecho, la goma de mascar es impermeable a todos ellos.
En realidad, simplemente sale de allí porque nuestros estómagos son expertos en mantener en movimiento el proceso de la digestión. El chicle también sobrevivirá al viaje a través de nuestros intestinos delgado y grueso, y los otros órganos que aportan jugos y bilis para descomponer los alimentos tampoco son rival para la sustancia pegajosa.
Y aún así, no debemos temer, ya que no es inusual. Como muchos alimentos que comemos de manera intencionada, el chicle no es digerible, y nuestros cuerpos no pueden procesarlo. Sin embargo, en algún punto del viaje por el interior de nuestro cuerpo, el chicle se abrirá camino a través de todo el tubo digestivo hasta finalmente terminar como parte de la materia fecal en un espacio de alrededor de dos o tres días.
Por cierto, y como recuerdan en el vídeo: tragarse un chicle de vez en cuando no pasa nada, el cuerpo puede arreglárselas. Sin embargo, demasiado chicle en nuestro intestino a la vez podría generar un problema mucho más serio.
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