¿Qué tan ciertas son algunas ideas que tenemos sobre esta tecnología tan importante en el embarazo? Un experto en ecografía fetal aclara varias dudas.
Aquello de que “una imagen vale más que mil palabras” se aplica muy bien al universo de la ecografía fetal. Hoy en día, los nuevos equipos como la Ecografía 7D permiten ver a los bebés dentro del vientre con gran definición y rapidez.
La precisión de esta tecnología es tal que hasta se puede examinar con minuciosidad el corazón y el cerebro fetal, dos órganos complejos de estudio.
El corazón del dispositivo es su transductor electrónico 7D, único en su tipo, que cuenta con ocho mil cristales. Como se sabe, el transductor o sonda es el dispositivo que el médico desplaza encima del vientre materno y es el que permite la transmisión del ultrasonido. Mientras más cantidad de cristales tenga, el detalle de la imagen es superior. Por ello, la Ecografía 7D es considerada la más moderna y precisa. Es 16 veces más rápida que un ecógrafo 4D (cuyo transductor tiene solo 980 cristales) y es capaz de capturar más de mil imágenes por segundo, dando una nitidez asombrosa.
A pesar de estos avances, existen aún muchas falsas creencias alrededor de esta tecnología. El experto en ecografía fetal de la Clínica Miraflores, Rafael Ascenzo Aparicio, nos da algunas precisiones al respecto.
Mito 1. “Puede ser perjudicial para el bebé dentro del vientre”.
Falso. La ecografía no genera radiación ni otro tipo de energía que haga daño al feto. Esta tecnología usa ondas sonoras para producir fotografías detalladas del cuerpo del bebé y sus estructuras internas. Al igual que el sonar de un barco, estas ondas “chocan” con diferentes partes del feto, como la piel, grasa, músculos o líquidos. Luego, un transductor recoge esos sonidos que “rebotan” y una computadora los usa para crear imágenes en tiempo real. La ecografía fetal es muy segura y no causa molestias a la madre o su bebé.
Mito 2. “Solo se usan para ver anomalías congénitas”.
No necesariamente. Si bien una de las principales funciones de la
Mito 3. “Solo es necesario hacer una ecografía en el embarazo”.
Falso. El especialista recomienda realizar cinco ecografías a lo largo de la gestación. Aunque todas son esenciales, las dos primeras, a las cinco semanas y a las doce semanas de embarazo, y la última, a los ocho meses de gestación, tienen una mayor relevancia pues ayudan a detectar problemas en las estructuras congénitas del feto, su corazón, así como las condiciones adecuadas para el parto, como el estado de la placenta, la posición del bebé y más.
Mito 4. “Las ecografías solo ayudan en el embarazo”.
No. Si bien son muy importantes en la etapa del embarazo, esta tecnología también aporta enormemente a la especialidad de ginecología, pues permite un diagnóstico de mayor exactitud de fibromas, quistes simples, quistes endometriósicos, adherencias y más. A este tipo de estudios se le llama ecografía ginecológica. Gracias a los nuevos equipos, ya se puede estudiar el útero y los ovarios con gran detalle y ver si hay alteraciones como pólipos, miomas o alguna malformación. “En estos tiempos de pandemia, la ecografía ha cumplido un papel esencial en las urgencias ginecológicas y obstétricas”, sostiene el experto.
Aquello de que “una imagen vale más que mil palabras” se aplica muy bien al universo de la ecografía fetal. Hoy en día, los nuevos equipos como la Ecografía 7D permiten ver a los bebés dentro del vientre con gran definición y rapidez.
La precisión de esta tecnología es tal que hasta se puede examinar con minuciosidad el corazón y el cerebro fetal, dos órganos complejos de estudio.
El corazón del dispositivo es su transductor electrónico 7D, único en su tipo, que cuenta con ocho mil cristales. Como se sabe, el transductor o sonda es el dispositivo que el médico desplaza encima del vientre materno y es el que permite la transmisión del ultrasonido. Mientras más cantidad de cristales tenga, el detalle de la imagen es superior. Por ello, la Ecografía 7D es considerada la más moderna y precisa. Es 16 veces más rápida que un ecógrafo 4D (cuyo transductor tiene solo 980 cristales) y es capaz de capturar más de mil imágenes por segundo, dando una nitidez asombrosa.
A pesar de estos avances, existen aún muchas falsas creencias alrededor de esta tecnología. El experto en ecografía fetal de la Clínica Miraflores, Rafael Ascenzo Aparicio, nos da algunas precisiones al respecto.
Mito 1. “Puede ser perjudicial para el bebé dentro del vientre”.
Falso. La ecografía no genera radiación ni otro tipo de energía que haga daño al feto. Esta tecnología usa ondas sonoras para producir fotografías detalladas del cuerpo del bebé y sus estructuras internas. Al igual que el sonar de un barco, estas ondas “chocan” con diferentes partes del feto, como la piel, grasa, músculos o líquidos. Luego, un transductor recoge esos sonidos que “rebotan” y una computadora los usa para crear imágenes en tiempo real. La ecografía fetal es muy segura y no causa molestias a la madre o su bebé.
Mito 2. “Solo se usan para ver anomalías congénitas”.
No necesariamente. Si bien una de las principales funciones de la
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es la detección de anomalías en el feto, esta tecnología permite realizar un estudio completo de la salud del bebé. Por ejemplo, monitorea su actividad cardiaca y el flujo de sangre; descarta si hay problemas o fallas en sus órganos y estructuras y hasta evalúa la posición fetal y la cantidad de líquido amniótico. “Junto a ello, la ecografía tiene un componente emocional muy importante para la pareja. Ver a tu futuro hijo moverse, bostezar o tocarse la cabeza en Full HD y en tiempo real, es algo muy emotivo. Además, gracias a la Ecografía 7D los padres pueden tener las imágenes en sus celulares y compartirlas con sus seres queridos al instante. Es algo revolucionario”, señala Ascenzo Aparicio.Mito 3. “Solo es necesario hacer una ecografía en el embarazo”.
Falso. El especialista recomienda realizar cinco ecografías a lo largo de la gestación. Aunque todas son esenciales, las dos primeras, a las cinco semanas y a las doce semanas de embarazo, y la última, a los ocho meses de gestación, tienen una mayor relevancia pues ayudan a detectar problemas en las estructuras congénitas del feto, su corazón, así como las condiciones adecuadas para el parto, como el estado de la placenta, la posición del bebé y más.
Mito 4. “Las ecografías solo ayudan en el embarazo”.
No. Si bien son muy importantes en la etapa del embarazo, esta tecnología también aporta enormemente a la especialidad de ginecología, pues permite un diagnóstico de mayor exactitud de fibromas, quistes simples, quistes endometriósicos, adherencias y más. A este tipo de estudios se le llama ecografía ginecológica. Gracias a los nuevos equipos, ya se puede estudiar el útero y los ovarios con gran detalle y ver si hay alteraciones como pólipos, miomas o alguna malformación. “En estos tiempos de pandemia, la ecografía ha cumplido un papel esencial en las urgencias ginecológicas y obstétricas”, sostiene el experto.
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