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Miembro de plata
Chancay, el megapuerto estratégico para el comercio con Asia que China construye en Perú (y el impacto que ya genera)
Chancay era hace no tanto tiempo un tranquilo enclave pesquero y agrícola en la costa central de Perú frecuentado por turistas y por las aves marinas que migran estacionalmente hacia y desde Canadá y Estados Unidos.
Paseando por sus calles junto al Pacífico bajo la bruma pertinaz típica del invierno austral en esta parte de Perú, nada haçía pensar que esta localidad de 63.400 habitantes albergará en pocos años un megapuerto que cambiará radicalmente su fisonomía y se convertirá en un eslabón clave del comercio entre América Latina y China.
Hoy, los lugareños conversan como siempre junto a lo que un día fueron dos muelles de madera y desde las cebicherías del paseo tratan de convencer a gritos al visitante de que su menú es el mejor. Pero desde finales del año pasado un ruido intermitente y violento interrumpe la rutina de los chancayanos, el de las explosiones con los que los operarios aplanan el terreno donde se levantaba un cerro del que apenas queda nada.
Cosco Shipping Ports, uno de los colosos empresariales del Estado chino, construye en este lugar a 80 kilómetros al norte de Lima el Terminal Portuario Multipropósito de Chancay, una infraestructura colosal que supondrá un nuevo hito de la presencia e influencia chinas en Perú y en toda América Latina.
El megapuerto será uno de los puntos preferentes para la salida de las materias primas que la región exporta a China, como el cobre y otros minerales que Perú produce en abundancia, y por su tamaño y volumen de operaciones está llamado a convertirse en un centro neurálgico del comercio internacional.
"Las dimensiones son tan notables que todo indica que Chancay se va a convertir en un punto crítico para los envíos a China y a toda Asia", le djio a BBC Mundo Margaret Myers, experta en Asia y América Latina de The Dialogue, un centro de análisis estadounidense.
Se trata de una inversión enorme, US$3.600 millones según las proyecciones oficiales, y una compleja obra de ingeniería ya en curso con la que el gobierno peruano espera atraer alrededor de un 50% de los cerca de US$580.000 millones que mueve cada año el comercio entre China y América del Sur.
Tan ambicioso proyecto está, sin embargo, envuelto en la polémica. Sus promotores, principalmente el gobierno chino y el peruano, aseguran que impulsará el desarrollo de la zona, el empleo y los intercambios, pero sus detractores alertan de su impacto social y denuncian daños al medio ambiente.
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Chancay era hace no tanto tiempo un tranquilo enclave pesquero y agrícola en la costa central de Perú frecuentado por turistas y por las aves marinas que migran estacionalmente hacia y desde Canadá y Estados Unidos.
Paseando por sus calles junto al Pacífico bajo la bruma pertinaz típica del invierno austral en esta parte de Perú, nada haçía pensar que esta localidad de 63.400 habitantes albergará en pocos años un megapuerto que cambiará radicalmente su fisonomía y se convertirá en un eslabón clave del comercio entre América Latina y China.
Hoy, los lugareños conversan como siempre junto a lo que un día fueron dos muelles de madera y desde las cebicherías del paseo tratan de convencer a gritos al visitante de que su menú es el mejor. Pero desde finales del año pasado un ruido intermitente y violento interrumpe la rutina de los chancayanos, el de las explosiones con los que los operarios aplanan el terreno donde se levantaba un cerro del que apenas queda nada.
Cosco Shipping Ports, uno de los colosos empresariales del Estado chino, construye en este lugar a 80 kilómetros al norte de Lima el Terminal Portuario Multipropósito de Chancay, una infraestructura colosal que supondrá un nuevo hito de la presencia e influencia chinas en Perú y en toda América Latina.
El megapuerto será uno de los puntos preferentes para la salida de las materias primas que la región exporta a China, como el cobre y otros minerales que Perú produce en abundancia, y por su tamaño y volumen de operaciones está llamado a convertirse en un centro neurálgico del comercio internacional.
"Las dimensiones son tan notables que todo indica que Chancay se va a convertir en un punto crítico para los envíos a China y a toda Asia", le djio a BBC Mundo Margaret Myers, experta en Asia y América Latina de The Dialogue, un centro de análisis estadounidense.
Se trata de una inversión enorme, US$3.600 millones según las proyecciones oficiales, y una compleja obra de ingeniería ya en curso con la que el gobierno peruano espera atraer alrededor de un 50% de los cerca de US$580.000 millones que mueve cada año el comercio entre China y América del Sur.
Tan ambicioso proyecto está, sin embargo, envuelto en la polémica. Sus promotores, principalmente el gobierno chino y el peruano, aseguran que impulsará el desarrollo de la zona, el empleo y los intercambios, pero sus detractores alertan de su impacto social y denuncian daños al medio ambiente.

Chancay, el megapuerto estratégico para el comercio con Asia que China construye en Perú (y el impacto que ya genera) - BBC News Mundo
Los gobiernos y la compañía constructora afirman que favorecerá el desarrollo, pero los críticos denuncian un grave impacto medioambiental.
