La historia de Johnnie Walker comienza - como es natural- con el hombre que dio su nombre a nuestro whisky.
El año era 1819 y el padre de John Walker acababa de morir. Un comienzo difícil para un humilde joven campesino... eso es lo que pueden estar pensando, pero había algo especial sobre John. Un brillo en sus ojos, fuego en su vientre, andaba seguro de sí mismo.
El mundo en esos días no era el lugar más amigable y John lo sabía. No había tiempo para lamentarse. Había una vida que construir.
Ese año, la granja de la familia había sido vendida y el dinero usado para establecer su propia tienda de abarrotes en el pueblo de Kilmarnock. Fue un movimiento inteligente. John tenía un don natural para los negocios.
También tenía un talento para el whisky. En esos días, la mayoría de los comercios y tiendas de abarrotes ofrecían una línea de single malts, pero estos whiskies no eran muy consistentes. Esto no era lo suficientemente bueno para John, quien empezó a mezclarlos para que su whisky tuviera un sabor único y perdurable. Este se convirtió en una adición muy popular en el inventario.
Cuando John murió después de una vida plena y próspera en 1857, dejó a su hijo, Alexander, con un negocio próspero.
La vida se movía muy rápido en aquel entonces. Gran Bretaña era el corazón de la Revolución Industrial que estaba destinada a cambiar absolutamente todo. En Kilmarnock, el ferrocarril había llegado, llevando bienes a los grandes barcos que navegaban regularmente hacia las cuatro esquinas del mundo.
Alexander supo reconocer una oportunidad irrepetible cuando la vio.
En 1867, lanzó la primera mezcla comercial de Johnnie Walker y la llamó ‘Old Highland Whisky’. Luego hizo un movimiento astuto convirtiendo a capitanes en sus agentes para llevar su whisky a cualquier lugar al que pudieran navegar los barcos. En poco tiempo, su mezcla única estaba disponible en todo el mundo.
Poco tiempo después, Alexander empezó a usar la famosa botella cuadrada para reducir el riesgo de rupturas y se aseguró de que una mayor cantidad de su whisky llegara intacta a su destino. También agregó la etiqueta distintiva, inclinada a exactamente 20 grados, para hacerla destacar aún más entre la multitud.
En 1889, era el turno de Alexander de heredar el apellido Walker, dejando la compañía a sus hijos Alexander II y George -el primero un maestro mezclador y el último un maestro en los negocios.
En 1909, Alexander y George renombraron su exitosa y nueva variedad de whiskies con los colores de sus etiquetas icónicas. Así, Johnnie Walker Red Label y Johnnie Walker Black Label habían nacido.
Fue durante esta época que el ilustrador más reconocido del momento, Tom Browne, esbozó una idea para un logo en el respaldo de un menú durante un almuerzo. Alexander y George adoptaron al "Caminante" inmediatamente. De golpe, John Walker, el tendero Victoriano se convirtió en Johnnie Walker, el dandy Eduardiano.
En 1920, el whisky Johnnie Walker estaba en 120 países. A medida que el siglo avanzaba, se convirtió en parte de la cultura global: inmortalizado por cantantes y cineastas, idolatrado por socialités y estrellas de cine, disfrutado por políticos y caminando hombro a hombro con los grandes deportistas y mujeres de la época.
El 1 de enero de 1934, a John Walker & Sons le fue otorgada una Garantía Real por el Rey George V para abastecer de whisky a la Casa Real. Hoy, todavía mantenemos una Garantía Real.
Al final del siglo 20, a la mezcla pionera Johnnie Walker Red Label y al icónico Johnnie Walker Black Label se había unido la cúspide del arte mezclador: Johnnie Walker Blue Label. Nuestra variedad galardonada continua creciendo, con la inclusión de Johnnie Walker Gold Label Reserve y Johnnie Walker Platinum Label.
Hoy, Johnnie Walker es la marca de whisky más grande del mundo y su eslogan ha sido adoptado y acuñado en todas partes como un grito de batalla para inspirar el progreso, como coraje en la adversidad, como una expresión de alegría y optimismo y como el mejor consejo que alguien siempre está dispuesto a recibir.
KEEP WALKING.
El año era 1819 y el padre de John Walker acababa de morir. Un comienzo difícil para un humilde joven campesino... eso es lo que pueden estar pensando, pero había algo especial sobre John. Un brillo en sus ojos, fuego en su vientre, andaba seguro de sí mismo.
El mundo en esos días no era el lugar más amigable y John lo sabía. No había tiempo para lamentarse. Había una vida que construir.
Ese año, la granja de la familia había sido vendida y el dinero usado para establecer su propia tienda de abarrotes en el pueblo de Kilmarnock. Fue un movimiento inteligente. John tenía un don natural para los negocios.
También tenía un talento para el whisky. En esos días, la mayoría de los comercios y tiendas de abarrotes ofrecían una línea de single malts, pero estos whiskies no eran muy consistentes. Esto no era lo suficientemente bueno para John, quien empezó a mezclarlos para que su whisky tuviera un sabor único y perdurable. Este se convirtió en una adición muy popular en el inventario.
Cuando John murió después de una vida plena y próspera en 1857, dejó a su hijo, Alexander, con un negocio próspero.
La vida se movía muy rápido en aquel entonces. Gran Bretaña era el corazón de la Revolución Industrial que estaba destinada a cambiar absolutamente todo. En Kilmarnock, el ferrocarril había llegado, llevando bienes a los grandes barcos que navegaban regularmente hacia las cuatro esquinas del mundo.
Alexander supo reconocer una oportunidad irrepetible cuando la vio.
En 1867, lanzó la primera mezcla comercial de Johnnie Walker y la llamó ‘Old Highland Whisky’. Luego hizo un movimiento astuto convirtiendo a capitanes en sus agentes para llevar su whisky a cualquier lugar al que pudieran navegar los barcos. En poco tiempo, su mezcla única estaba disponible en todo el mundo.
Poco tiempo después, Alexander empezó a usar la famosa botella cuadrada para reducir el riesgo de rupturas y se aseguró de que una mayor cantidad de su whisky llegara intacta a su destino. También agregó la etiqueta distintiva, inclinada a exactamente 20 grados, para hacerla destacar aún más entre la multitud.
En 1889, era el turno de Alexander de heredar el apellido Walker, dejando la compañía a sus hijos Alexander II y George -el primero un maestro mezclador y el último un maestro en los negocios.
En 1909, Alexander y George renombraron su exitosa y nueva variedad de whiskies con los colores de sus etiquetas icónicas. Así, Johnnie Walker Red Label y Johnnie Walker Black Label habían nacido.
Fue durante esta época que el ilustrador más reconocido del momento, Tom Browne, esbozó una idea para un logo en el respaldo de un menú durante un almuerzo. Alexander y George adoptaron al "Caminante" inmediatamente. De golpe, John Walker, el tendero Victoriano se convirtió en Johnnie Walker, el dandy Eduardiano.
En 1920, el whisky Johnnie Walker estaba en 120 países. A medida que el siglo avanzaba, se convirtió en parte de la cultura global: inmortalizado por cantantes y cineastas, idolatrado por socialités y estrellas de cine, disfrutado por políticos y caminando hombro a hombro con los grandes deportistas y mujeres de la época.
El 1 de enero de 1934, a John Walker & Sons le fue otorgada una Garantía Real por el Rey George V para abastecer de whisky a la Casa Real. Hoy, todavía mantenemos una Garantía Real.
Al final del siglo 20, a la mezcla pionera Johnnie Walker Red Label y al icónico Johnnie Walker Black Label se había unido la cúspide del arte mezclador: Johnnie Walker Blue Label. Nuestra variedad galardonada continua creciendo, con la inclusión de Johnnie Walker Gold Label Reserve y Johnnie Walker Platinum Label.
Hoy, Johnnie Walker es la marca de whisky más grande del mundo y su eslogan ha sido adoptado y acuñado en todas partes como un grito de batalla para inspirar el progreso, como coraje en la adversidad, como una expresión de alegría y optimismo y como el mejor consejo que alguien siempre está dispuesto a recibir.
KEEP WALKING.
El hogar de Johnnie Walker | Blended Scotch Whisky
www.johnniewalker.com