El sismo dejó 73 muertos y 23 mil damnificados en Lima, Cañete, Huacho, Pisco y Chincha.
A las 9:21 del 3 de octubre de 1974 la población de Lima, Chincha, Pisco, Cañete y Huacho querían a toda costa ganar la calle. La tierra había comenzado a temblar y no dejaría de hacerlo hasta dos minutos y 15 segundos más tarde.
Según los registros históricos de Defensa Civil, el terremoto de 1974 alcanzó una magnitud de 7.4 grados en la escala de Richter y causó la muerte de 73 personas y heridas diversas a más de dos mil. Además quedaron destruidas 4,000 viviendas y debió socorrerse a un total de 23 mil damnificados.
Las escenas de pánico se apoderaron de las personas que estaban en los edificios. Se registraron ataques cardíacos y crisis nerviosas. Algunos rodaron por las escaleras en su afán por salir a la calle. Madres buscaban a sus hijos y viceversa. Muchos perecieron aplastados por las paredes de sus casas tantos otros haciendo compras en los mercados.
El violento sismo provocó la rotura de algunos cables de alta tensión provocando la paralización de los ascensores. Las emisoras radiales enmudecieron y algunas centrales telefónicas no pudieron brindar sus servicios. Si bien aquel sismo remeció unos 800 kilómetros de la costa peruana, las ciudades más dañadas fueron Lima, Cañete y Huacho.
Entre las zonas más afectadas en la capital estuvieron Callao, Barrios Altos, La Molina, el Cercado, Chorrillos y Barranco. En estos últimos dos distritos un 40% de las casas construidas con adobe y quincha quedaron destruidas.
En el Callao se desplomaron numerosos avisos y cornisas en las avenidas principales. En Barrios Altos cayeron numerosas viviendas antiguas y se rompieron tuberías de agua provocando aniegos.
Aunque el mar se retiró en el Callao y gran parte del litoral limeño, no se produjo un maremoto. Sin embargo, en la caleta de San Andrés las aguas del mar llevaron hasta la plaza de armas del distrito, ubicado en Pisco, algunas embarcaciones que se encontraban en la playa.
A las 9:21 del 3 de octubre de 1974 la población de Lima, Chincha, Pisco, Cañete y Huacho querían a toda costa ganar la calle. La tierra había comenzado a temblar y no dejaría de hacerlo hasta dos minutos y 15 segundos más tarde.
Según los registros históricos de Defensa Civil, el terremoto de 1974 alcanzó una magnitud de 7.4 grados en la escala de Richter y causó la muerte de 73 personas y heridas diversas a más de dos mil. Además quedaron destruidas 4,000 viviendas y debió socorrerse a un total de 23 mil damnificados.
Las escenas de pánico se apoderaron de las personas que estaban en los edificios. Se registraron ataques cardíacos y crisis nerviosas. Algunos rodaron por las escaleras en su afán por salir a la calle. Madres buscaban a sus hijos y viceversa. Muchos perecieron aplastados por las paredes de sus casas tantos otros haciendo compras en los mercados.
El violento sismo provocó la rotura de algunos cables de alta tensión provocando la paralización de los ascensores. Las emisoras radiales enmudecieron y algunas centrales telefónicas no pudieron brindar sus servicios. Si bien aquel sismo remeció unos 800 kilómetros de la costa peruana, las ciudades más dañadas fueron Lima, Cañete y Huacho.
Entre las zonas más afectadas en la capital estuvieron Callao, Barrios Altos, La Molina, el Cercado, Chorrillos y Barranco. En estos últimos dos distritos un 40% de las casas construidas con adobe y quincha quedaron destruidas.
En el Callao se desplomaron numerosos avisos y cornisas en las avenidas principales. En Barrios Altos cayeron numerosas viviendas antiguas y se rompieron tuberías de agua provocando aniegos.
Aunque el mar se retiró en el Callao y gran parte del litoral limeño, no se produjo un maremoto. Sin embargo, en la caleta de San Andrés las aguas del mar llevaron hasta la plaza de armas del distrito, ubicado en Pisco, algunas embarcaciones que se encontraban en la playa.
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