TylerAA
Miembro de oro
Si dejamos de lado las apariencias, tendríamos que hablar de Sendero Luminoso como el partido que gobierna. No en vano sus dirigentes se pasean como Pedro por su casa en Palacio de Gobierno y la Presidencia del Consejo de Ministros. Hablar del Movadef es hacerles un favor. Es mejor llamarlos por su nombre verdadero: Sendero Luminoso. Hay que asumirlo.
A estas alturas ya es evidente que la izquierda ha cerrado filas en torno al gobierno de Sendero Luminoso. Todas sus poses de indignación y su llanto por el «terruqueo» no eran más que show y lágrimas de cocodrilo. Allí están ahora muy bien abrazados con los senderistas. La izquierda en su conjunto, incluyendo la caviarada, está dando soporte al gobierno de Sendero Luminoso. En especial porque saben que en Palacio se necesitan ideas con urgencia.
El repentino accionar de la Fiscalía para desmantelar la red de corrupción de Perú Libre está frenando los planes de Vladimir Cerrón, quien por ahora tiene preocupaciones más urgentes que maquinar tras bambalinas y mover los hilos de Pedro Castillo. Esto se hace evidente en la orfandad de ideas que exhibe este gobierno. El mensaje a la nación hizo más ruido que movimiento. No pasó de un susto. Más allá del clásico reparto de dinero público, no hay nada.
Estamos frente a un gobierno débil en todo sentido. Para empezar, carece de liderazgo. Pedro Castillo es un ratón asustado que huye de la prensa. No tiene presencia ni ideas, su discurso es pobre y sus ofrecimientos a menudo caen en la ignorancia y el absurdo. Trata de patentar un sello distintivo con su sombrero, pero ni eso termina de cuajar. Al contrario, resulta irritante y es objeto de mofas. Está rodeado de pura mediocridad, incluso peor que la ya vista con Vizcarra. De modo que para algunos puede parecer un gobierno inofensivo.
Pero nunca hay que subestimar a los mediocres. En especial cuando se sienten iluminados y con ideas de vanguardia, pese a que todo su discurso reposa ya en el basurero de la historia, pues se trata de las viejas ideas fracasadas de la izquierda de mediados del siglo pasado. Sin embargo, la estrategia de culpar a alguien de los males, señalarlos y llamar al combate para eliminarlos es una que ha funcionado bien en los últimos 2000 años. Enemigos han sido muchos, empezando por el demonio, los paganos, los ricos, los burgueses, los yanquis, la Constitución del 93 o el neoliberalismo. Nunca faltará un enemigo del pueblo y una masa de idiotas dispuesta a ir al combate (para esto pretenden usar a los jóvenes).
Mientras tanto, en el Congreso deshojan margaritas para saber qué hacer. La vacancia parece lejana por falta de los 87 votos necesarios. Acción Popular baila al compás de su organillero Yonhy Lescano. APP y Podemos prefieren la pose de la gobernabilidad democrática. No queda más que cavar las trincheras, por si acaso. Es lo que han hecho al presentar el proyecto de ley para interpretar los alcances de la moción de confianza, pervertida por Vizcarra al usarla para cambios a la Constitución, que son materia exclusiva del Congreso.
Mientras Vladimir Cerrón siga en jaque por la Fiscalía y a punto de meterse por la ventana a la embajada de Bolivia pidiendo asilo, Pedro Castillo puede dedicarse a fortalecer su partido en busca de la ansiada liberación. No sería raro que decida desprenderse de Guido Bellido para marcar distancia de Perú Libre y enfriar un poco los ánimos de la oposición. Poco a poco se irá dando cuenta de que los caviares son más útiles para gobernar y que los cabecillas de Perú Libre solo sirven para jugar a la revolución y a la guerrita social.
¿Qué planes tiene Sendero Luminoso para gobernar una vez que se desligue de Perú Libre? Eso todavía no lo sabemos. Pero hay que dormir con un ojo abierto.
A estas alturas ya es evidente que la izquierda ha cerrado filas en torno al gobierno de Sendero Luminoso. Todas sus poses de indignación y su llanto por el «terruqueo» no eran más que show y lágrimas de cocodrilo. Allí están ahora muy bien abrazados con los senderistas. La izquierda en su conjunto, incluyendo la caviarada, está dando soporte al gobierno de Sendero Luminoso. En especial porque saben que en Palacio se necesitan ideas con urgencia.
El repentino accionar de la Fiscalía para desmantelar la red de corrupción de Perú Libre está frenando los planes de Vladimir Cerrón, quien por ahora tiene preocupaciones más urgentes que maquinar tras bambalinas y mover los hilos de Pedro Castillo. Esto se hace evidente en la orfandad de ideas que exhibe este gobierno. El mensaje a la nación hizo más ruido que movimiento. No pasó de un susto. Más allá del clásico reparto de dinero público, no hay nada.
Estamos frente a un gobierno débil en todo sentido. Para empezar, carece de liderazgo. Pedro Castillo es un ratón asustado que huye de la prensa. No tiene presencia ni ideas, su discurso es pobre y sus ofrecimientos a menudo caen en la ignorancia y el absurdo. Trata de patentar un sello distintivo con su sombrero, pero ni eso termina de cuajar. Al contrario, resulta irritante y es objeto de mofas. Está rodeado de pura mediocridad, incluso peor que la ya vista con Vizcarra. De modo que para algunos puede parecer un gobierno inofensivo.
Pero nunca hay que subestimar a los mediocres. En especial cuando se sienten iluminados y con ideas de vanguardia, pese a que todo su discurso reposa ya en el basurero de la historia, pues se trata de las viejas ideas fracasadas de la izquierda de mediados del siglo pasado. Sin embargo, la estrategia de culpar a alguien de los males, señalarlos y llamar al combate para eliminarlos es una que ha funcionado bien en los últimos 2000 años. Enemigos han sido muchos, empezando por el demonio, los paganos, los ricos, los burgueses, los yanquis, la Constitución del 93 o el neoliberalismo. Nunca faltará un enemigo del pueblo y una masa de idiotas dispuesta a ir al combate (para esto pretenden usar a los jóvenes).
Mientras tanto, en el Congreso deshojan margaritas para saber qué hacer. La vacancia parece lejana por falta de los 87 votos necesarios. Acción Popular baila al compás de su organillero Yonhy Lescano. APP y Podemos prefieren la pose de la gobernabilidad democrática. No queda más que cavar las trincheras, por si acaso. Es lo que han hecho al presentar el proyecto de ley para interpretar los alcances de la moción de confianza, pervertida por Vizcarra al usarla para cambios a la Constitución, que son materia exclusiva del Congreso.
Mientras Vladimir Cerrón siga en jaque por la Fiscalía y a punto de meterse por la ventana a la embajada de Bolivia pidiendo asilo, Pedro Castillo puede dedicarse a fortalecer su partido en busca de la ansiada liberación. No sería raro que decida desprenderse de Guido Bellido para marcar distancia de Perú Libre y enfriar un poco los ánimos de la oposición. Poco a poco se irá dando cuenta de que los caviares son más útiles para gobernar y que los cabecillas de Perú Libre solo sirven para jugar a la revolución y a la guerrita social.
¿Qué planes tiene Sendero Luminoso para gobernar una vez que se desligue de Perú Libre? Eso todavía no lo sabemos. Pero hay que dormir con un ojo abierto.
Dante Bobadilla - Cómo enfrentar a Sendero Luminoso
«¿Qué planes tiene Sendero Luminoso para gobernar una vez que se desligue de Perú Libre? Eso todavía no lo sabemos. Pero hay que dormir con un ojo abierto».
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