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Caminando por los escenarios de mi vida

Will-Wonka

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Lima
7 Sep 2020
Ahora que trabajo fuera de casa, de regreso del Centro de Lima me bajé en la Estación Atocongo para cortarme el pelo en una barbería cercana. Como debido a las cuarentenas hace meses que no paseaba, decidí regresar a casa caminando por las avenidas Los Héroes y por la Pachacútec, caminos por lo que he transitado miles de veces y que tienen mucha historia para mí. Al pasar por la cuadra 34 recordé la última vez que vi en buenos términos al Tigre, cuando afectuoso se despidió de mí con un "Adiós y Cuídate".

En la cuadra 30, pase por el hostal donde previamente habíamos hecho el amor por última vez.

En la cuadra 25 pasé por el local del desaparecido club gay donde conocí al Tigre, donde tiramos como salvajes por primera vez, delante de un público que se pajeaba viendo el espectáculo.


En la cuadra 15 mientras me sentía descorazonado por la soledad al recordarlo, me topé cara a cara por la calle con el hombre que torció mi destino hace más de 30 años, cuando me robó la inocencia, sino lo hubiera hecho tal vez ahora yo estaría acompañado de una esposa e hijos, tal vez sería feliz, tal vez sería normal.
A puertas de sus cincuenta está hecho un espantapájaros, seguramente pagando todo el mal que hizo.
Pasó de frente, pero pese a que yo llevaba mascarilla y protector facial me reconoció pues bajó la mirada y siguió su camino. Voltee a ver como se alejaba mi tío.


Ya en la Pachacútec, pasé por el hostal donde me reencontré con el Tigre, tras chatear por semanas después de ese primer encuentro. Ahí fue donde me prometió amor y yo en respuesta le hice el amor. Esa fue la primera vez en toda mi puta vida, de entonces 34 años, en que le hacía el amor a alguien, ese fue el inicio del desengaño que me hizo madurar espiritualmente.

Es curioso, en las cuadras siguientes también recordé al otro hombre que marcó mi vida: mi Maestro (a quien curiosamente conocí en la cuadra 15 de la av. Los Héroes, misma donde me choqué cara a cara con mi tío pedófilo).
Lo más curioso es que cuando pasé por esa esquina no recordé a aquel hombre que fue por 12 años mi ejemplo a seguir, sino hasta ahora en la cuadra 30 de la Pachacútec, y eso es porque ya no significa mucho en mi vida al no considerarme más su discípulo por haberlo superado, no bajo sus términos, sino bajo los míos.
Por ello no lo rememoré al pasar por donde hace 14 años un nerd granudo quedó deslumbrado con un treintañero musculado que lo veía con altivez y decepción tras citarse por el desaparecido LatinChat.

A 4 meses para cumplir 37 años estoy lleno de recuerdos que me hacen lo que soy y que sumados a los próximos cimentarán lo que seré.

Pd: cambie la numeración real de las avenidas para que pese a compartir mis recuerdos sigan siendo míos. :razz:
 
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