En la selva amazónica, la primera mujer y el primer hombre se miraron con curiosidad. Era raro lo que tenían entre las piernas.
-Te han cortado? -preguntó el hombre.
-No -dijo ella-. Siempre he sido así.
Él la examinó de cerca. Se rascó la cabeza. Allí había una llaga abierta.
Dijo:
-No comas...