Lo primero que realmente escribí –además de los diálogos de mis cómics en el colegio– no fue una carta o siquiera un poema, fue más bien una sátira. Yo debía de tener 17 o 18 años. Era una mañana en el instituto, probablemente en los últimos meses del año y sólo estábamos 4 o 5 personas en aquel...